Dicen que no nos damos cuenta de que tenemos hasta que lo perdemos. Ahora echamos de menos cosas que parecían fútiles, banales… Como pasear, andar por la naturaleza, tomar algo en una terracita, un abrazo, una caricia… Epicteto, ya lo decía “Aquello que es importante no es lo que sucede, sino como reaccionamos ante ello’.
Es posible que algunos de vosotros estos días hayáis sido conscientes de esto; del hecho que no valorábamos suficiente ciertas cosas sencillas de la vida. Por este motivo os quiero proponer un ejercicio que os ayudará a tomar conciencia estos días de aquellas cosas buenas que tenemos, que nos pasan y no vemos.
Es ‘El diario de la gratitud’, un ejercicio que nos puede ayudar sean las que sean las circunstancias que estamos viviendo.
El ejercicio funciona así: cada día antes de ir a dormir, os propongo que os hagáis estas tres preguntas y escribáis las respuestas en un papel o las respondáis mentalmente:
1.ª) Qué pequeña cosa he hecho hoy de la cual estoy satisfecho/a?
2.ª) Qué pequeña cosa ha hecho alguien conmigo, o por mí, de la cual estoy satisfecho/a?
3.ª) De qué forma mi reacción hará posible que lo repitan?
Hay que buscar cosas pequeñas, cosas que pueden pasar desapercibidas pero que son las que realmente nos hacen felices.
La satisfacción a menudo la podemos encontrar en cosas muy pequeñas, en aquellas cosas que son fuente de felicidad natural, pero que no por ser pequeñas son menos importantes, sino a veces todo lo contrario.